El primer cambio social de la historia con base en las leyes de ese supuesto Dios que nos ama y redime vino dado por la ingesta de una manzana, según narran las Sagradas Escrituras. Pero los cambios se han sucedido a lo largo de la historia con las cuestiones que todo ser se ha hecho en algún momento y, mayormente, con la angustia existencial misma. La muerte, el amor, la incertidumbre, el sistema, el orden o el caos, la cultura. Todo ello simboliza algo para cualquiera. ¿Y para un poeta joven? Quizá el hecho de estar descubriendo todo este tejido de temáticas y reflexiones es lo que empuja al joven Miguel Bueno a poetizar todo aquello que, estando dentro de él, también está dentro de todos nosotros. El pensamiento, las emociones, el inconformismo: todo ello se entrelaza entre los versos que aquí se presentan como la constitución de un estilo personal por parte del autor. Directo, firme y con la frente alta, se presenta este libro como la apertura de un joven a un mundo en el que no se siente cómodo, con una lírica impactante y personal que no dejará al lector tranquilo. Dios hizo al hombre sin tapujos y la