Desde su hogar en el norte de Europa hasta un legendario río sagrado, el trayecto de un hombre está hecho de luces y sombras. Impulsado por algo quizá más oscuro, recorre continentes haciendo autostop en pos de respuestas. Al borde de la supervivencia, renace en antiguos rituales. Cuando la paz roza sus días, se siente atraído por una isla en que el amor y la felicidad son cercanos pero escurridizos como la arena. Cada encuentro deja su marca, recordándole la fragilidad y hermosura de la vida. En su impulso final, parte hacia África para encararse consigo mismo en la cima de una montaña y comprender lo que significa vivir al máximo: un paso más cerca de casa, un momento más próximo a sí mismo.