La batalla de Lepanto ha suscitado un gran interés entre los especialistas de la Historia Militar, que han debatido durante siglos sobre la trascendencia estratégica de la batalla y sus consecuencias en la guerra del Mediterráneo contra otomanos y berberiscos. Sin embargo, no se ha reparado prácticamente en la riqueza artística y numérica de las imágenes lepantinas generadas en Europa y América durante los siglos XVI y XVII, y aún menos en su trascendencia iconográfica: Vasari, Veronés, Tintoretto, Tiziano, Vicentino, Michieli, Bronzino, El Greco, Cambiaso, Velázquez, Lucas Valdés, etcétera. Imágenes y discursos simbólicos y retóricos con una concepción del poder construida en torno al linaje de los Habsburgo, la familia de reyes y emperadores que gobernó la mayor parte de Europa durante varios siglos, que se enfrentó decididamente a los turcos en tierra y en el mar, y que recurrió hábilmente a las imágenes artísticas para fabricar y difundir una mitología familiar apoteósica en la que Lepanto constituyó uno de sus hitos principales.
La supremacía de Occidente sería sacralizada rápidamente por la Iglesia de Roma, necesitada de una victoria sobre la que apuntalar su Contrarreforma. Lepanto emergió así en los estertores del Renacimiento como símbolo del triunfo de la Casa de Austria y de la Fe Católica contra sus enemigos, y su éxito visual fue enorme en la medida que el peligro que había conjurado también lo era.
Víctor Mínguez, en esta edición limitada y numerada, analiza definitivamente la fabricación del imaginario lepantino, uno de los más formidables artefactos simbólicos y culturales de la Edad Moderna y, además, el primero con una proyección atlántica, como ponen de relieve docenas de sorprendentes representaciones americanas de la batalla.