«Solo los viejos elegían morirse de noche; los más jóvenes o los niños se iban al amanecer. Así había sucedido desde siempre. Pero la tía Cecilia, chocha y vieja, fue a morirse en pleno día».
En su mundo, cada cual tiene su merecido y hasta un grillo puede hacer justicia.
«Solo los viejos elegían morirse de noche; los más jóvenes o los niños se iban al amanecer. Así había sucedido desde siempre. Pero la tía Cecilia, chocha y vieja, fue a morirse en pleno día».
En su mundo, cada cual tiene su merecido y hasta un grillo puede hacer justicia.