La red de parques nacionales de España está formada por dieciséis espacios naturales distribuidos por todo el territorio nacional. Las montañas más altas se levantan sobre los valles más profundos en Ordesa y Monte Perdido, Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y Sierra Nevada. Los bosques más frondosos arraigan en las laderas de los Picos de Europa y la Sierra de Guadarrama. En la Sierra de las Nieves crecen los últimos pinsapos, los rarísimos abetos mediterráneos. Por las serranías de Monfragüe y Cabañeros resuena la berrea de los ciervos. Otros parques, como Doñana y las Tablas de Daimiel, son encrucijadas para las rutas de las aves viajeras de dos continentes. Los parques nacionales sirven para proteger los últimos espacios vírgenes. El archipiélago de Cabrera preserva una de las últimas costas del Mediterráneo, lejos del impacto turístico. Los fondos marinos de las Islas Atlánticas alimentan la biodiversidad marina en la boca de las Rías Baixas de Galicia. Los volcanes de Canarias son capítulo aparte en esta red. Montañas de fuego recién apagadas, como en Timanfaya; el impresionante pico del Teide, una